Aproximadamente el 2% de la población sufre astenia primaveral, una sensación de debilidad y cansancio, sin un motivo objetivo, pero que vienen condicionado por el cambio climatológico y el cambio horario que marcan cada año el inicio de la primavera. Nuestros especialistas te explican en el siguiente artículo qué es la astenia primaveral, cuáles son sus síntomas y qué consejos seguir para poder hacerle frente.
La astenia es la sensación subjetiva de debilidad o cansancio, tanto físico como intelectual, sin causa orgánica que la origine, que produce en las personas una pérdida de interés y de motivación para realizar cualquier actividad. No aparece después de realizar un gran esfuerzo, como se podría esperar, sino que se manifiesta cuando se desarrollan actividades laborales o intelectuales cotidianas. Cuando esta sensación aparece con la llegada de la primavera hablamos de astenia primaveral.
No hay unas causas específicas que expliquen este tipo de astenia, aunque entre las que tienen un mayor consenso se encuentran: los cambios climatológicos y los procesos alérgicos.
Así, el inicio de la primavera va acompañado de cambios ambientales (aumento de la temperatura y de las horas de luz solar, el cambio de horario), que provocan alteraciones en la producción de hormonas y neurotransmisores de nuestro organismo, como las endorfinas (sustancias producidas por el propio cuerpo que regulan el sistema de bienestar).
Es importante señalar que la astenia primaveral no es una enfermedad, sino que es una manifestación normal del proceso de adaptación de nuestro organismo a las nuevas condiciones ambientales.
Los síntomas son de carácter leve y suelen remitir en unas dos o tres semanas sin necesidad de ningún tipo de tratamiento médico. Los más frecuentes son:
Los principales consejos para hacer frente a los síntomas de la astenia primaveral son: