El sol, ¿amigo o enemigo?

El sol es imprescindible para vivir. Los beneficios que aporta el astro al organismo son insustituibles. Es la principal fuente de vitamina D, fundamental para la absorción del calcio. Pero a pesar de todo lo bueno que aporta al cuerpo, abusar de él también puede tener consecuencias graves. Por ello, siempre que te expongas al sol hazlo con protección y evitando hacerlo durante mucho tiempo.

¿Qué aporta el sol a mi cuerpo?

El sol aporta beneficios que no podemos obtener de otra fuente natural:

  • Ayuda a mantener los huesos sanos y fuertes.
  • Mejora la capacidad cardiovascular.
  • Estimula las terminaciones nerviosas.
  • Aumenta la respuesta inmunológica.
  • Reduce las infecciones respiratorias.
  • Baja el colesterol.
  • Mejora la respiración.

¿Cuáles son los riesgos?

 A pesar de todos los beneficios que el sol aporta a nuestro cuerpo, una sobreexposición conlleva riesgos que es mejor no asumir:

  • Quemaduras
  • Envejecimiento prematuro de la piel.
  • Eritemas (enrojecimiento de la piel expuesta al sol previo a la aparición de quemaduras).
  • Melanomas y otros problemas cutáneos.
  • Cataratas y trastornos oculares.
  • Deficiencias en el sistema inmunitario.

La prevención es fundamental

Como todos los riesgos, los que provoca el sol también son prevenibles. Y muchas veces, es más sencillo de lo que creemos. Simplemente poniéndonos a la sombra ya estamos haciendo que la radiación ultravioleta esté limitada. Además, y siempre que no sea posible estar a la sombra hay formas muy sencillas de prevención:

  • Evita la exposición solar durante las horas centrales del día.
  • Usa protección solar. Este es un elemento fundamental, ponerte crema siempre que vayas al sol te ayudará a prevenir quemaduras. No olvides que según el tipo de piel que tengas deberás usar un protector específico y ponerte cada cierto tiempo.
  • La ropa también es protector. Usar camisas y pantalones largos ligeros durante los días de mayor exposición es una buena medida de prevención. Además, el uso de ropa especial con protección solar es una buena alternativa.
  • Usa gafas de sol. Proteger los ojos del sol es muy importante para evitar daños. Es fundamental que estén homologadas, ya que en caso contrario pueden contribuir al daño.

Qué hacer si has sufrido una quemadura

Siempre que hayas sufrido una quemadura solar debes evitar el contacto con la luz del sol hasta que estés recuperado. Además hay algunas recomendaciones que puedes tener en cuenta en caso de que te ocurra:

  • Aplica geles calmantes en la zona afectada varias veces al día.
  • Bebe líquidos de forma abundante.
  • Aplica crema hidratante que ayude a la cicatrización.
  • Si el dolor es intenso puedes tomar analgésicos.
  • Si ves que la quemadura es muy grave o no mejora acude a tu médico.

¡No olvides que la piel tiene memoria!